miércoles, 18 de julio de 2012

Wert asevera que las enseñanzas comunes «han sido degradadas»

La reforma educativa de la enseñanza obligatoria se va a convertir en una balanza donde convivan en armonía los contenidos generales a todos los estudiantes españoles y los propios que las comunidades autónomas aportan. El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, aseguró ayer que los cambios que prepara su departamento buscan este equilibrio porque, en su opinión, «han sido de alguna forma degradados» frente a los contenidos más locales. «Estudiar los ríos de España no está necesariamente reñido con el estudio de los ríos de la comunidad autónoma, es una cuestión de equilibrio y proporciones», aseguró durante un desayuno informativo. El ministro aseguró que la nueva ley está abierta a todos y que permanece anclada «en principios alejados de cualquier idea de extremismo ideológico». También, según Wert, apunta a objetivos «que pueden ser compartidos por cualquier fuerza política que desee el progreso de la sociedad y la mejor situación de sus jóvenes». Además defendió que la reforma que propone «combina un grado razonable de autonomía de los gobiernos regionales con un grado razonable de centralización en lo que constituye la competencia del Estado», e hizo alusión a las nuevas «pruebas objetivas» o reválidas previstas al concluir los ciclos educativos (en 6º de Primaria, 4º de ESO y 2º de Bachillerato). Según Wert, estas evaluaciones son uno de los puntos fuertes de la ley, junto con la continuidad en el tiempo del equipo que está impulsando la propuesta. En cuanto al papel de los profesores en la reforma educativa, el titular de Educación adelantó la creación del 'estatuto del docente'. En la actualidad no está previsto en la reforma puesto que tendrá un desarrollo independiente «que será la próxima iniciativa legislativa en materia de Educación». Esta propuesta recogerá un sistema basado en incentivos para los profesores, quienes según Wert, tras sacar la plaza, no cuentan con los suficientes alicientes para el desarrollo de su carrera laboral. «No estoy diciendo que nuestros docentes no sean competentes ni vocacionales, pero creo que no tenemos desarrollado un sistema de incentivos más allá de la voluntad del individuo que le animen a hacer más cosas y a hacerlas mejor», aclaró.

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